
La Autenticidad: alinear lo que pienso, siento, digo y hago como fuente de felicidad inmensa
Cuántas veces he sentido emoción y empatía por las señales que el recién nacido nos muestra durante su nacimiento, por su autenticidad:
” Siento frío “
” Cuánto ruido!
” ¿ Dónde estoy ? “
“ ¿Qué esteá pasando ? “
Si observamos más allá de si nuestro bebé que acaba de nacer tiene todos los dedos o si se parece a qué abuelita, si agudizamos los sentidos y observamos el sentir de la nueva vida que comienza, nos daremos cuenta de que es uno de los momentos en los que más auténtico es el ser humano: los otros momentos de autenticidad vendrán cuando recordemos que es de vital importancia mostrarnos tal y cómo somos para vivir la vida que nos corresponde y para que nuestro tiempo no pase sin sentido.
Con el paso del tiempo el ser humano aprende comportamientos de quienes les rodean, y dependiendo de su entorno y cultura variarán en gran medida. En la edad adulta es imprescindible hacer “ limpieza “ de aquello que a través de la educación nos han inculcado pero no está en sintonía con nuestra esencia, con nuestra autenticidad.
En los grandes temas: Salud , Amor y Dinero así como en otros menos importantes y hasta los mínimos detalles será siempre positivo que desechemos aquello que hemos adquirido con el tiempo y que no está alineado con nuestro verdadero sentir para dar paso e incorporar nuevas creencias que realmente se encuentran en armonía con nuestra forma de ser.
Llevar a cabo esta tarea suele traer como consecuencia romper al menos de forma momentánea con parte del entorno : laboral, familiar… y suele hacernos atravesar una crisis de la cual saldremos más auténticos y sólidos, más seguros.
Al igual que el recién nacido patalea en un primer momento por su llegada a este mundo hasta que se hace su hueco y nos adaptamos a él, todos en la edad Adulta deberíamos patalear con fuerza alguna vez: ante nuestros familiares, jefes, amigos, y ante nosotros mismos, para mostrar aquellas ideas con las que nos sentimos realmente identificados, alineados y comprometidos que podrán tener o no que ver con aquellas creencias e ideas con las que nos hemos criado y hemos crecido.
Ser auténticos da sentido a nuestros días y hace posible que vivamos aquello que realmente deseamos. Merece siempre la pena alinear al milímetro aquello que pensamos, sentimos, decimos y hacemos porque eso nos dará la plena felicidad.

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